Palabras pronunciadas por el Abogado Dante Martínez, Ex – alumno de la Academia Iquique, promoción 1986, en el marco del Encuentro de Ex Alumnos el Viernes 1 de Agosto 2014.

 Resulta muy acertado ocupar la celebración de este tipo de reuniones cómo el momento propicio para detenerse y mirar hacia atrás y asombrarnos de la obra construida bajo nuestros pies y que cargamos en nuestras espaldas. Es un buen momento para recordar este lugar, no el físico sino el espiritual, como aquel en el que se forjaron legiones de hombres y mujeres libres que colman nuestra patria y en forma señera, audaz y segura, cooperan con su salud y con su hacienda, para hacer de esta sociedad un lugar mejor, lo  que se hace más patente y urgente en esta época dominada por el facilismo, la inmediatez, la ganancia, la ventaja, la exacerbación de la satisfacción, en la que el dinero no sólo un medio de cambio sino un pasaje a la felicidad. En esta época en que los vicios obnubilan nuestra mirada, oscurecen nuestros pensamientos, nos hacen menos hombres y más bestias: la mentira, la promiscuidad, el lucro ilícito, la concupiscencia, pueden convertirse en males tan arraigados que empiezan a pasar inadvertidos y nos dan la impresión de que debemos convivir con ellos con la pasividad y resignación, que debemos “TOLERARLOS”, como si la tolerancia fuera lo mismo que la resignación. Debemos entonces recordar el desafía de antaño nos hicieron nuestros profesores en este colegio: debemos ser reyes sobre nuestra propia conciencia, debemos ejercer autoridad y dominio sobre ellas y continuamente revisa nuestras cuentas y adquirir plena conciencia de nuestras deudas. Sí, somos deudores, somos deudores con nuestra propia sociedad, la de hoy, la que nos rodea, esta misma sociedad, a la que le falta tolerancia, le falta libertad, le falta tolerancia, le falta libertad, le falta fraternidad y en que no nos sentimos en igualdad. Les debemos a los marginados, a los huérfanos y a las viudas que nos miran y nos acusan con sus miradas y mientras esta deuda no se salde, no estamos autorizados para descansar; la obra no ha terminado los trabajos deben continuar y cada año que pasa, y esta reunión, es la oportunidad para tomar nuevos bríos y seguir avanzando en esta inacabable tarea, en esta misión que en estas mismas salas se nos encomendó.

Hagamos votos para que así sea.